Al resumir sus sentimientos y también el de su hija, tras el acto que se hizo anoche en la zona norte de Rosario, Aielo contó: “La cabeza está llena de sensaciones encontradas: la ausencia, el dolor, la bronca, lo que siente la gente en la familia se multiplica”.
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En declaraciones al programa “El primero de la mañana” de LT8, Aielo afirmó que “la muerte de Joaquín fue producto de los dos que ejecutaron el hecho, de la policía que no hace su trabajo, del intendente de la ciudad que no maneja la seguridad, ni los tiempos del Sies; del gobernador Omar Perotti, del ministerio de Seguridad. Es el producto de un montón de cosas, es la crónica de una muerte anunciada”.
“A Joaquín lo ejecutaron esos tipos. Pero ¿por qué lo hicieron? Porque pudieron. De qué otra forma podemos explicar esto. La muerte de Joaquín tuvo su relevancia, pero vemos que todos los días hay cinco, diez muertes, que se matan entre bandas. Pero también matan a pibes como Joaquín. Esta vez le tocó a él, pero mañana le tocará a otro”, manifestó Aielo.
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La mujer dijo estar convencida de que la muerte de Pérez “fue producto de un sistema”, y inquirió: “No me digan que no se puede bajar la criminalidad en Rosario. Rudolph Giuiliani, (ex alcalde de Nueva York) bajó los índices delictivos en su ciudad. Hagamos una cita con Giuliani y su gente para ver cómo hicieron. Hay libros escritos. Está la ley de tercer strike en otros países, donde si tenés tres ofensas o antecedentes vas preso de por vida. Es una ley muy conocida por todo el mundo. A la segunda ofensa no tenés posibilidad de realizar otra ofensa”.
En ese sentido, Aielo se preguntó: “¿Por qué en otros países, en ciudades que son más violentas que Rosario, bajan la criminalidad y acá no? Es falta de voluntad política. No es otra cosa”.
Crimen en ocasión de robo
Joaquín Pérez fue asesinado el martes poco antes de las 23 cuando salió de su casa para guardar su auto en una cochera de Muñiz al 1200. En ese momento, cuando el joven arquitecto se aprestaba a guardar el auto, fue asaltado por delincuentes que llegaron en moto con la intención de robarle el vehículo. Los maleantes lograron apoderase del coche, pero así y todo balearon a Pérez en el pecho y en la ingle. Mientras los autores del hecho huyeron en el Renault Clio, la víctima pudo llegar corriendo hasta su casa, en Juan B. Justo al 1700, pero falleció poco después.